Situada en lo alto de las colinas de Benahavís, en el enclave natural del Valle de Montemayor, la Casa Cuatro se asoma a una de las espléndidas vistas del paisaje del sur del Mediterráneo. Trabajamos con una parcela escarpada, con más de doce metros de desnivel y una geometría trapezoidal con lindes suaves y curvos fruto de la antropización urbana de la serranía.
Proponemos una casa que se integre, respete y mimetice el paisaje: en nuestra primera visita supimos que las protagonistas de nuestra intervención debían ser las vistas panorámicas de tan majestuoso enclave natural. Sabíamos que el edificio debía cobijarse en su topografía; dejarse envolver por él; dejarse despojar de todo protagonismo...
Presentamos una casa que se genera en sucesivos arcos de círculos que labran la brusquedad del cerro en el que se circunscribe; se acomodan en él y se enrolan en la generatriz curva propia del lindero de acceso a la parcela. La modulación radial domestica y aterraza el conjunto montañoso; cada segmento de arco da forma a los espacios de la vivienda y lanza vistas sucesivas a secciones específicas del entorno del paisaje. Caminar por la vivienda es reconocer las secuencias de fragmentos del paisaje.
El acceso a la vivienda es vertical, en sentido descendente. Sólo una leve visera se eleva por encima del nivel urbano. Se convierte en el vestíbulo acristalado de acceso al conjunto edificado. Con estacionamiento para 3 vehículos. Un núcleo de escaleras desnudas y un ascensor panorámico nos introducen en el corazón de la casa. Por un lado, una grieta de luz que muestra desnuda la geología del entorno; al otro lado, las imponentes vistas del valle de Montemayor. En el medio: nuestra casa.
Como un nuevo estrato geológico, la casa se construye con hormigón mezclado con la tierra del lugar: alegóricamente, el memorial del enclave natural petrifica el tiempo y lo sedimenta en una nueva composición; esta vez, arquitectónica. De esta forma, la Casa Cuatro se convierte en la autobiografía del propio lugar; un auto-reconocimiento de la propia naturaleza del valle de Montemayor.
