Faro (65,000 habitantes) es la capital del Algarve y su principal ciudad. Como muchos otros pueblos atlánticos del sur de Portugal, la pesca ha sido tradicionalmente su principal actividad económica. Durante los años 60 y 70, comenzaron a llegar los primeros visitantes europeos ansiando climas más templados y playas infinitas y con ello, arribó también la que actualmente es la principal actividad económica de la región: el turismo. Esto ha afectado en gran medida a la ciudad, ya que desde entonces muchos expatriados se han decidido por Faro para establecer su base en Portugal, desde la que poder disfrutar de todo lo que el Algarve puede ofrecer. Hay aquí una gran variedad de propiedades residenciales para interesar al inversor internacional que esté considerando comprar una casa en Faro. Podría, por ejemplo, adquirir un pequeño apartamento en alguna de las callejuelas peatonales del centro o decidirse por alguna urbanización de lujo en las afueras de la ciudad. En todo caso, tendría fácil acceso a todas las facilidades propias de una ciudad pequeña, así como a las mejores playas y bellezas naturales del Algarve. Para empezar, Faro es uno de los lugares mejor comunicados del país, al tener el segundo aeropuerto más concurrido de Portugal después del aeropuerto de la capital. De ahí que comprar un apartamento en Faro como tu segunda vivienda sea una estupenda opción. Sin desmerecer al Parque Nacional de Doñana en el lado español, Faro ofrece uno de los Parques Naturales más fascinantes del sur de Europa: El Parque Natural de la Ría Formosa. La importancia de este parque natural recae en el hecho de que este es una parada natural de las rutas migratorias de las aves que van a pasar el invierno a zonas más cálidas. Este es un lugar ideal para los amantes de la naturaleza y de la ornitología y, por supuesto, también de aquellos que buscan la playa y el sol. Y sin necesidad de ir más lejos, el centro histórico de Faro te sorprenderá por su riqueza cultural y sus pintorescos edificios históricos. Entre esto, cabe mencionar su encantadora catedral, el convento de Nossa Senhora da Assunção, el colorido Palacio de Estoi o la peculiar capilla construida a base de huesos humanos situada justo detrás de la preciosa iglesia de Carmo.
Tras un día de disfrutar de la oferta cultural de Faro, o de descansar tumbado en extensas playas de arena blanca casi desiertas, no hay nada mejor que descubrir la oferta de restaurantes y bares de Faro, para dejar pasar alegremente las últimas horas de la velada. Faro puede ser la ciudad ideal si quieres evitar el agobio y concentración de las grandes ciudades pero tampoco quieres sumergirte en el mundo de tranquilidad y aislamiento extremo de los pueblos más pequeños del Algarve. Muchos ya han descubierto que para ellos Faro ofrece la combinación perfecta para una vida en el Algarve. ¿Serás tú el próximo?
