Lanzarote es verdaderamente un lugar único en la Tierra. En esta isla, podrás conducir por largas carreteras de lava solidificada y admirar formaciones rocosas que dan un maravilloso contraste entre la tierra roja del terreno y los tonos grises de los restos volcánicos. Si un paseo por el Teide en Tenerife te dio la sensación de estar paseando sobre la Luna, un recorrido por la parte occidental de Lanzarote te hará pensar a veces que has sido transportado a Marte. Tal es la naturaleza del Parque Nacional de Timanfaya, que es sin duda el principal atractivo de Lanzarote y se extiende sobre una parte significativa de la isla. En Timanfaya, sin duda podrás disfrutar contemplanda la increíble belleza que la naturaleza puede crear por medio de sus fuerzas volcánicas. Sin embargo, aquí también podrías participar en experiencias únicas en la vida, como pasear por arena volcánica a lomos de un camello o comer en Restarurante El Diablo un plato de ternera cocinado a tu gusto utilizando el calor de un volcán. Para preservar sus recursos naturales, el Parque Nacional de Timanfaya solo se puede visitar a través de una visita guiada. Sin embargo, esto no impide que un número continuo de visitantes llegue al parque todos los días del año. Debido a sus recursos naturales únicos, Lanzarote gradualmente se ha transformado de ser una isla puramente agrícola a principios de los años 70, a convertirse en el tercer punto más visitado por el turismo de las islas tras Tenerife y Gran Canaria. A día de hoy, puedes encontrar un Ikea en las afueras de la capital de Arrecife, y si das un paseo por los centros turísticos de las principales ciudades de Costa Teguise, Puerto del Carmen o Playa Blanca, podrás toparte con numerosos pubs irlandeses, restaurantes asiáticos o lugares de Fish & Chips donde una gran cantidad de turistas británicos, italianos y alemanes deciden gastar felizmente hasta su último euro. Afortunadamente, el desarrollo turístico en la isla se ha limitado a las principales ciudades costeras, o se ha integrado de manera no intrusiva con el entorno natural de la isla, por lo que podríamos decir que la belleza original de Lanzarote se ha quedado intacta en la mayoría de las partes de esta isla. Hay que dar gracias por gran parte de esto al artista canario César Manrique, cuyo nombre encontrarás muy a menudo por toda la isla, quien luchó contra el excesivo desarrollo urbanístico y fue responsable del elegante y visualmente llamativo diseño de algunos de los espacios naturales más famosos de Lanzarote. Aunque no tengas tiempo para visitar todos los lugares que diseñó Manrique, nos gustaría recomendarte al menos Jameos del Agua, que incluye un increíble auditorio en medio de una cueva volcánica, o el Mirador del Río, el mejor lugar para ver la isla de La Graciosa al norte de la isla.
Si decides comprar una propiedad en Lanzarote, podrás formar parte de una gran comunidad extranjera que ha decidido establecerse al igual que tú en la isla (el 15% de los 140,000 residentes de la isla son internacionales, con los británicos a la cabeza) y tendrás un acceso privilegiado a sus bellezas naturales en un entorno que es único en la Tierra. También estarás bien comunicado por el aeropuerto internacional de la isla que abastece a las principales ciudades europeas y españolas, así como a todas las demás islas de Canarias. Si tienes niños, también podrás asegurarte de que reciben una educación bilingüe en uno de los dos colegios británicos de Lanzarote. Además, si decides buscar una propiedad en venta en Lanzarote, disfrutarás de las fabulosas playas de las principales ciudades turísticas, pero también de otras de difícil acceso, como Playa Papagayo. Después de todo, puedes ir en coche desde el punto más al sur de la isla hasta el extremo norte, en menos de una hora. ¡Todas las maravillas de un lugar verdaderamente mágico estarán a tu alcance!
