Mijas

Con una extensión de 150 kilómetros cuadrados, Mijas es uno de los mayores municipios en la provincia de Málaga. Tal y como Benalmádena, Mijas ofrece al cliente internacional que se quiere asentar en España, dos proposiciones muy diferentes. Por un lado, puedes establecer tu residencia en Mijas Pueblo, un tradicional pueblo blanco andaluz, con todo lo que ello conlleva: paredes encaladas, ventanas con sus barrotes tradicionales, decoración de geranios y patios cerrados. Incluso con un mayor desarrollo en los últimos años, el pueblo sigue siendo andaluz hasta la médula, por lo que es todo un placer pasear por sus calles. Sin embargo, si no eres alguien que pueda despreciar los placeres del mar, la Cala de Mijas puede que sea el lugar para ti. Y si tus gustos están entre estos dos extremos, hay otras zonas urbanizadas en este área que puedan resultar interesantes para ti, tal y como el Sitio de Calahonda.

Al ser el 40% de los habitantes de Mijas residentes internacionales, no podemos realmente decir que Mijas Pueblo sea una perla por descubrir de la Costa del Sol. Sin embargo, como muchos otros pueblos tradicionales de la costa, la llegada progresiva durante la última década de visitantes de otros países no ha disminuido el espíritu andaluz y el salero de Mijas Pueblo. Más bien, ha sido enriquecido por una red de amistades nativas e internacionales. Mijas Pueblo es una opción estupenda si lo que quieres es vivir en un auténtico Pueblo Blanco en la sierra que goce de un clima muy agradable durante todo el año. Este es también un pueblo de orígenes moros, que se pueden apreciar con una visita a la muralla árabe. Otros lugares notables del pueblo serían su iglesia principal de la Inmaculada Concepción o la ermita de la Virgen de la Peña, que, como su nombre indica, se encuentra excavada en la roca. Y, por supuesto, no puedes dejar Mijas pueblo sin montarte en un burro-taxi, ya que Mijas es una de las escasas localidades del planeta en las que el servicio de taxi lo llevan a cabo los burros (esto es, por supuesto, en el sentido literal de la palabra; sabemos de sobra que en el sentido metafórico esto no es algo tan extraño en otros lugares).

La Cala es una opción estupenda si quieres vivir en un pueblo cercano al mar, pero que no ha olvidado todavía sus orígenes de pescadores y que guarda con recelo muchas de sus tradiciones, incluso a pesar del desarrollo turístico. Si eres un cliente internacional y haces el esfuerzo de aprender el español, te sorprenderás de la naturaleza cálida y acogedora de los andaluces y no tendrás problema de formar parte de la comunidad local. Este podría ser tu lugar de preferencia si lo que te atrae es un tranquilo pueblo costero con encanto genuino y puestas de sol maravillosas, pero tampoco quieres prescindir de una buena selección de restaurantes y de un par de bares nocturnos por los que poder asomarte de vez en cuando.