Costa del Sol

En la Costa del Sol hay mucho más que sol: aquí hay aguas cristalinas en la que distingues el fondo marino con toda nitidez; camareros que hablan alemán con acento andaluz; concentraciones inusitadas de Ferraris conducidos por famosos y famosillos; sabrosos desayunos de tostadas con aceite y tomate engullidas con café en ardientes vasos de cristal que queman los dedos; una sierra cercana poblada de maravillosos pueblos blancos andaluces y que incluye un pueblo pitufo; familias domingueras alrededor de una paella y una sandía que comparten playa con dos señoras en burkini; ferias de pueblo andaluz donde un matrimonio ruso se corre una improvisada juerga flamenca; terrazas al sol en las que suecos e ingleses alargan las horas de la tarde mientras discuten del último partido de LaLiga. La Costa del Sol es donde comenzó todo. Aquí es donde hace sesenta años la alta sociedad europea empezó a fijarse en Marbella como un destino exclusivo donde disfrutar de un clima privilegiado manteniendo un entorno elitista. Del crecimiento de Marbella como un refugio de la alta sociedad, pasamos al desarrollo masivo de Torremolinos y Fuengirola con una oferta inmobiliaria más asequible para el visitante con menos medios. Hoy en día, la Costa del Sol, ofrece algo para todos los bolsillos y gustos. Puedes elegir vivir en un chalé de alto lujo en Nueva Andalucía y Sotogrande o en una moderna urbanización de nueva construcción, a precios razonables, en Fuengirola o Benalmádena. O a lo mejor quieres vivir en un auténtico pueblo andaluz costero como Nerja, o retirarte al entorno rural de Frigiliana o Casares. Elijas lo que elijas, puedes estar seguro de dos cosas: allí donde decidas establecerte, vas a disfrutar de un microclima extraordinario, con días soleados la mayor parte del año. También puedes tener la certeza de que cuando pidas un café en cualquier bar autóctono de la Costa, te será imposible sostener el abrasador vaso de cristal en el que te lo sirven durante más de unos segundos.