Por supuesto que estar tumbado en la playa meditando perezosamente sobre la existencia es el estilo de vida con el que siempre has soñado. Pero puede que después de un par de semanas de esta experiencia mística bajo el sol, sientas que una visita a un museo o a un festival sean de rigor. ¿Por qué no hacerlo todo? Málaga ofrece acceso inmediato a algunas playas estupendas, distancias cortas en coche a los pueblos playeros de la costa y una selección increíble de museos, vida cultural y opciones gastronómicas. No en vano, fue recientemente seleccionada por la Comisión Europea como una de las diez ciudades europeas con mejor estándar de vida.
Aunque la población de Málaga sea solamente de medio millón de habitantes, puede presumir de tener 36 museos. El Museo Picasso es imperdible, ya que en él puedes encontrar 233 obras maestras del malagueño más famoso de la historia. Puedes completar esta experiencia con una visita a la casa en la que Pablo nació y creció en la Fundación Picasso. Para finalizar este día artístico, debes visitar el Centre Pompidou Málaga, la única sucursal internacional abierta por el centro de arte parisino y en el que podrás contemplar docenas de obras prestadas por el museo hermano francés. Si los museos no son lo tuyo, puedes asomarte por alguno de los siete teatros o de los seis multicines de la ciudad o, mejor todavía, esperar hasta la primavera al Festival de Cine Español de Málaga. Y si eres un poco masoquista, ¿por qué no te conviertes en socio del Málaga CF y sufres un poco viéndolo jugar contra el Real Madrid, Barcelona u otros miembros de la liga española?
Málaga tiene un total de 16 playas esparcidas por la costa de la ciudad, que ofrecen más de 14 kilómetros de arena entre chiringuitos y otras instalaciones. Playas tales como La Malagueta, San Andrés, La Misericordia, San Julián o El Palo tienen los estándares más altos y el atractivo adicional de estar posicionadas en un gran núcleo urbano.
En Málaga tienes la oportunidad de visitar el Castillo de Gibralfaro, un castillo del siglo XIV, que se ha convertido en uno de los monumentos emblemáticos de la ciudad. Fue construido para defender la Alcazaba, que queda a sus pies, un impresionante Palacio-Fuerte de la España musulmana del siglo XI. En la misma zona, puedes ver el Teatro Romano de Málaga. Aunque ha sido recientemente restaurado, en los veranos puedes sentirte de nuevo como un ciudadano Hispano-Romano de la antigüedad si asistes a alguna de las muchas funciones de teatro clásico.
